Ir al contenido

Una historia en Canarias

Posted on:25 de noviembre de 2023 at 19:30

Datos vs historia

A la hora de aproximarme al proyecto PPQ, una de las primeras conclusiones clave que quiero aprovechar es el storytelling.

Los datos (el “logos” para los griegos), son la columna vertebral de la argumentación, proporcionando hechos y cifras objetivas. Totalmente necesarios y evidentes.

Sin embargo, estos datos por sí solos pueden carecer de emoción y conexión emocional con el público. Es aquí donde entra en juego el storytelling (el “pathos”), al añadir un componente narrativo que resuene.

No es lo mismo decir que en Fuerteventura 7 de cada 10 nuevos residentes son extranjeros, que decir que, a ese ritmo, en 15 años habrá más extranjeros que majoreros.

(Y no me refiero, para quien lo piense, a nuevos residentes africanos. Son principalmente italianos, británicos, alemanes, portugueses y franceses. Y, en menor medida, marroquíes, colombianos, senegaleses o cubanos. Aquí puedes verlo en detalle)

Estamos hablando de una isla en la que, organizados, en 10 años los extranjeros podrían tomar políticamente decisiones que excluyan y expulsen a la población local.

En 20 o 30 años, siendo muy pesimistas, tendríamos “reservas de canarios”, como si fuéramos nativos americanos, expulsados de la vida de nuestra propia tierra.

Siento ser así de sensacionalista, pero hay que serlo.

Con números secos no se logra convencer a nadie. Teniendo claros los posibles futuros a esquivar, sí.

Sensacionalismo ≠ odio

Que quiera hacer Paraíso Para Quién un proyecto que escandalice y polarice, no significa que quiera generar odio, sino solamente tratar de hacer que cualquiera que lo lea entienda la magnitud del problema.

No estoy diciendo que esté en contra del turismo, de los visitantes extranjeros o del crecimiento de la población. Pero sí estoy en contra de crecer por encima de nuestras posibilidades (somos islas, no nos podemos hacer más grandes ni que nuestros residuos se volatilicen) y de que nuestra economía se base en servir al que llegue, como si nuestra única habilidad fuera agasajar y ver cómo se lo pasan bien en nuestra tierra.

Mucho peninsular y extranjero dice que “llevamos años beneficiándonos del turismo”, como si mi padre o mi madre fueran ricos gracias a que un crucero atraque y sus pasajeros compren 2 cosas en las tiendas circundantes.

Esto es como decir que China lleva años beneficiándose de que les encargan allí hacer los productos.

Que se haya generado una industria no significa que sea lo mejor para sus habitantes.

El turismo está bien, es bonito ver mundo, conocer otras culturas y creo que el pueblo canario es muy amable y hospitalario. Pero cuando se va en masa a un sitio, es normal que ese sitio tome medidas, no seremos el primer ni el último territorio que lo haga.

Solo podemos ser hospitalarios si Canarias es de los canarios.

Si cambia de manos ya no será nuestra casa, solo el lugar donde nos dejan vivir. Por tanto, por definición no nos quedará hospitalidad sino servidumbre.

Siento que suene a enfrentamiento, a “locales” vs “turistas” como si fuera xenófobo, pero más sentiría tener que decirle a mi hijo algo así como:

Como vives en un sitio taaan tan bonito, llegó mucha gente de toooodo el mundo a comprarse una casita aquí. Al querer vivir tanta gente en un sitio tan chico, se pusieron los precios aaaaltos altos, adaptados a su bolsillo. Y por eso, si no llegas a trabajar en empresas de fuera, nunca podrás tener una casa; solo pagar a la gente que no habla nuestro idioma para que te deje vivir en ellas.